lunes, 6 de abril de 2015

Ética para Dummies C. ¿Es la ética una cuestión de ampliar el sentido común?

La percepción de muchos alumnos, igual que los profesores invitados a cursar talleres de ética transversal, es qué la ética es “una materia de relleno.”  ¿Tienen razón? ¿Por qué piensan eso?

Cuando se juntan contadores, ingenieros, psicólogos, maestros de idiomas, físicos, arquitectos, abogados y administradores en un salón, o en un taller, el mensaje implícito es que existe un mínimo común denominador y un lenguaje que todos hablan.  Efectivamente existen tales denominador y lenguaje—el sentido común.  Es por eso que existe una tendencia, tanto para los profesores como para los alumnos, a pensar que la ética es “de relleno.”[1]   

El problema fundamental es que si/cuando no somos conscientes de la diferencia entre nombrar y aprender en serio,[2] ni manejamos una heurística,[3] cada quien puede compartir aportaciones, interpretaciones y argumentos descuidadamente y de cualquiera manera (“willy-nilly”), y por eso existe la expectativa que la ética es mucho más fácil que la física o la química[4] y hablamos como si la emoción de un ser humano fuera un fenómeno más sencillo que la moción de un átomo; hablamos de virtudes (y valores) sin tomar en cuenta la bioquímica de personas virtuosas;[5] hablamos de “la dignidad” o “la libertad” sin reconocer la historicidad de sus significados. ¿Cuál dignidad? [6] ¿Cuál libertad?[7] 

Los pensadores en la tradición de la fenomenología hermenéutica sostienen que nuestras palabras están en un mundo,[8] y por eso hay que tener cuidado al interpretarlas, traducirlas y hablarlas.  Dichos filósofos desaprueban el “horizonte de Vorhandenheit” que se preocupa por la universalidad y la necesidad apropiada de conceptos, palabras y términos.  En lugar de tal enfoque atomístico le ponen una hermenéutica de Faktizität.  En el caso de Gadamer su hermenéutica es una recuperación de la pregunta ética y política de Aristóteles: “¿Cómo debería vivir?”[9]

En gran parte la tradición post-Husserliana de la fenomenología hermenéutica nos ha hecho conciencia de la omnipresencia de la interpretación.  No es simplemente que todas nuestras palabras y expresiones estén en un contexto o un mundo, sino que también nuestros mundos son “lenguados”,[10] es decir en cuanto aprendemos nuestra lengua materna vivimos en ella. 

Dicen que cada traducción es a la vez una interpretación.  A menudo no es fácil traducir de un idioma a otro porque las palabras y las expresiones “viven” en una cultura, en una época histórica, y nosotros vivimos interpretando nuestra presencia en esa cultura y esa época.  

Las expresiones idiomáticas, los dobles y triples significados, y los significados locales abundan en cualquier lenguaje, y no es suficiente con memorizar; uno tiene que vivir dentro del lenguaje para fluir espontáneamente. Los hablantes nativos del inglés no piensan dos veces para usar expresiones como “hit the ceiling” o “what’s up?”, pero los estudiantes de inglés como segunda lengua luchan para apropiarse de esas expresiones adhiriéndose a la seguridad de su lengua materna y de manera espontánea aterrándose a dar el “salto” que amenaza con su propia identidad.[11]
No es que tengamos una opción de interpretar o no, sino que es un hecho que interpretamos continuamente.  Vivimos inmersos en las cosas e interpretando nuestra situación actual.  El sujeto Cartesiano y la epistemología Cartesiana se han reemplazado por el sujeto que vive dentro de un lenguaje y por una fenomenología hermenéutica.

Desafortunadamente varios pensadores, cuando reaccionan a Descartes, rechazan tajantemente la ciencia en el nombre de “la lógica cientifísta” o por la afirmación de “que la técnica es una forma de desocultamiento del Ser” (Heidegger).    En lugar de adoptar la actitud de Descartes—la ciencia es una herramienta para hacernos “los señores y dueños de la naturaleza”—existe la tendencia, sobre todo en las ciencias sociales, a adoptar la crítica de la Escuela de Frankfurt que toma las ciencias “duras” o “exactas” como completamente técnicas y manipuladoras en su intento más básico. 

Heidegger tiene razón: debemos liberarnos de una interpretación técnica del pensar.[12]    Además, debemos leer obras como Frankenstein (Mary Shelley ,1818), La Rebelión de las masas (José Ortega y Gasset, 1929), Un Mundo Feliz (Aldous Huxley ,1932) y 1984 (George Orwell, 1949), y ver películas como “Fahrenhiet 451” (1966) y “Blade Runner” (1982) con la sospecha que no “todo va marchando bien” y que “y no me hace bien caminar en sentido contrario a lo que es mi edén.”[13] Sin embargo, la solución no es privilegiar el sentido común, ni la vida originaria,[14] ni experiencias místicas. ¿Desde cuál horizonte se puede afirmar lo primigenio de uno u otro de ellos?[15]

Lo que sostengo es lo siguiente: La ética no es equiparable con el sentido común, la vida originaria, o experiencias místicas, pues ellos no se preocupan por la complejidad de revoluciones hermenéuticas y científicas que apenas van en marcha, ni la reversión de la desintegración de la ética en algo instrumental, técnico y estratégico.[16]  Sin embargo, la ética tiene que ver con el sentido común.  El asunto es la comunicación, circulación e implementación efectiva y hermosa de ideas oportunas en las escuelas normales, hospitales y mercados de Morelia,[17] la posibilidad de popularizar sin vulgarizar.[18]

En lugar de: (i) rechazar toda técnica y andar en burros y rasurarnos con piedras; (ii) descartar la heurística y volver a tratamientos médicos de antes del año 1869 cuando el químico Dimitri Mendeleev empezó a desarrollar la tabla periódica; y (iii) evaluar la locura de un Johannes Kepler o una María Curie como aberraciones, podemos (¿debemos?) aceptar humildemente la invitación a auto-apropiar la praxis noética fenomenológicamente verificable de resolver problemas aparentemente triviales.[19]  Sin la experiencia del gozo de descubrir, por ejemplo, el por qué una corona sea o no sea auténtica, el eticólogo, el politólogo y el pedagogo, junto con sus alumnos, corren el riesgo de tener nociones inadecuadas, por ejemplo la noción de la implementación de estructuras heurísticas como algo estático, frío y manipulador y la noción de la ética como “materia de relleno” porque todos pueden opinar de “la dignidad,” “los valores” y “la felicidad.”


[1] Propongo algunos cursos de ética menos “de relleno” y más diferenciados al final de “El Periodo Axial y el filosofar en el siglo XXI (parte3).”

[2] Una definición nominal—por ejemplo de “agua”—no supone más que una intelección sobre el uso correcto del lenguaje.  Una definición explicativa, en cambio, supone un acto de intelección ulterior sobre los objetos a los cuales refiere el lenguaje. Véase Insight, 46.  También véase el final de “Ética para DummiesD. ¿Tiene que ver la ética con lo histórico?

[3] La elección e implementación de símbolos heurísticos es un ejemplo de una técnica.  Ambos Leibniz y Newton descubrieron el cálculo, pero se adaptaron al simbolismo de Leibniz.  ¿Por qué?  Porque es más conveniente y hace más fácil la colaboración.  La palabra “heurística" (de Griego heuriskein) significa "encontrar" y heureka "¡Ya lo encontré!  ¡Ya entendí!   En la educación la heurística es una técnica del descubrimiento: (i) la “x” en álgebra.  Ejemplo "¿Cuál es el número que si lo dobla, luego le suma 5 y luego divide esa suma por 3, obtiene 3?"  Llame a ese número x. La declaración hecha mediante palabras puede también escribirse por medio de una ecuación: (2x + 5)/3 = 3; (ii) en la física: “Supongamos que alguna función indeterminada f (x, y, z…) sea la función que buscamos”.   Queremos desarrollar una ecuación diferencial que expresa en lenguaje matemático ciertas características muy generales de los datos (Véase Bernard Lonergan, Insight: Estudio sobre la comprensión humana, Salamanca: Sígueme, 1999, 75-76); (iii) ¿Cuál es “la naturaleza de ‘x’”? donde ‘x’ simboliza el color, el fuego, el dinero, la libertad, la felicidad, etc.

[4] “There is an expectation that studying ethics is going to be easier than studying statistics, molecular biology, agro-biotechnology, international political economy, and medical nutritional therapy in surgery. Students know from their high school study of philosophical figures, schools, periods, and “-isms,” that philosophers have a hard time agreeing on pretty much everything. Even though their teachers ask them to move beyond doxa to episteme in their final essays, many of them observe at the end of their semester-long survey courses that very little has been settled: doxa defeated episteme mightily. How could ethics possibly be anything more than using common sense to tweak opinion?” James Gerard Duffy, “Ethics as Functional Specialization,” Journal of Macrodynamic Analysis, vol. 7, 2012, 128.

[5] Sobre la posibilidad fantástica de investigar las virtudes orgánicamente, véase James Gerard Duffy, “El Azar, la probabilidad emergente y la Cosmópolis,” Revista deFilosofía: Debate Hermenéutica Cultura, Universidad Iberoamericana, no. 135, julio-diciembre, 2013,  en particular la nota #70, p. 334.

[6] Cf. Francisco García Moreno, “El Concepto de Dignidad Como Categoría Existencial: Un Recorrido del Concepto a la Largo de la Historia de la Filosofía,” El Búho, Revista Electrónica de la Asociación Andaluza de Filosofía. D.L: CA-834/97. ISSN 1138-3569. 

[7] Antes de las “tres olas de la modernidad” (véase Leo Strauss, “The Three Waves of Modernity” en H. Gildin (ed.) Political Philosophy: Six Essays by Leo Strauss, Indianapolis: Bobbs-Merrill, 1975, 81-98), “la libertad” se refería a la orientación de una persona virtuosa hacia lo bueno, y “la felicidad” significaba algo excelente (summum bonum). Maquiavelo afirmó que los hechos fríos de la vida humana nos muestran que dicha orientación hacia lo excelente es un mito. Que: ¡seamos realistas! Luego Hobbes y Locke siguieron a Macchiavello y asumieron que la ley natural es únicamente una ley de auto-preservación.  Desde entonces “la libertad” se relaciona con el derecho político de una cómoda auto-preservación frente al sufrimiento y la muerte, concebidas como si fueran las cosas más horribles (summam malum).  Es de derecho privado el definir la búsqueda de “la felicidad”, y el propósito del gobierno es proteger este derecho y a la libertad corporal.

[8] Sachlichkeit der Sprache es la expresión en alemán.

[9] Frederick Lawrence, “Language as Horizon?” The Beginning and the Beyond: Papers from the Gadamer and Voegelin Conferences, editado por Fred Lawrence, California: Scholars Press, 1984, 19.  La hermenéutica está implícita en la ética de Aristóteles: “El fin aparece a cada hombre [o mujer] según la forma de su carácter.”  Ética Nicomáquea (1114a30f) y la ética de Aquino.  "Qualis unusquisque est, talis et finis videtur ei" es latín y la traducción de Aquino del griego de Aristóteles, Summa Theologiae Ia, q. 83, a. 1, obj. 5a; IaIIa, q. 10, a. 3, obj. 2a.

[10] Sprachlichkeit der Welt es la expresión en alemán.

[11] James Gerard Duffy, “El Inglés como mi segunda lengua”.

[12] Véase su “Carta Sobre el Humanismo.”

[13] “Si te pudiera mentir,” Marco Antonio Solis.

[14] Lebenswelt en alemán.  Cf. Edmund, Husserl, La idea de la fenomenología, trad. cast. Jesús Adrián Escudero, Barcelona, Herder, 2012.

[15] El desarrollo de la fenomenología ha hecho posible una cosecha nueva, el método fenomenológico tiene su lugar, y el legado de Husserl es innegable.  Sin embargo, tomar como primer principio fenomenológico lo primigenio del Lebenswelt es problemático.  El epojé (es un término griego, que significa ‘restricción,’ ‘suspensión’) es una suspensión de la preocupación que pone entre paréntesis la serie “¿Es? ¡Es! Es,” por lo tanto la afirmación "La vida originaria (Lebenswelt) es primigenio." no sucede en el horizonte del Lebenswelt.

[16] Véase el penúltimo párrafo de “Ética para Dummies B. ¿Es la ética una técnica?

[17] "Estoy pensando en las ocho normales de Michoacán y en la Escuela Preparatoria Melchor Ocampo; estoy pensando en el Hospital General Regional No. 1 IMSS de Morelia; también estoy pensando en el Mercado Independencia y el Mercado de San Juan. ¿Existe una manera para comenzar a concebir heurísticamente la relación entre el XVII Congreso Internacional de Filosofía (7 al 11 de abril de 2014, CIAC - Centro de Información Arte y Cultura de la UMSNH) y la calidad de atención médica, el costo del limón en los mercados y el nivel de vida en Morelia?" James Gerard Duffy, "El Periodo Axial y el filosofar en el siglo XXI (parte1)"

[18] Contemplaremos esa posibilidad en E.“¿Tiene que ver la ética con la fantasía?”

[19] “En medio de esa vasta y profunda convulsión de la mentes humanas que llamamos El Renacimiento, Descartes estaba convencido de que muchísima gente sentía que era cosa de poca monta dirigir sus esfuerzos a problemas aparentemente triviales.”  Insight, p. 37.  Se necesita complementar la fenomenología del Lebenswelt con una fenomenología de Verstehen.  Véase los comentarios sobre la posibilidad de una fenomenología de Verstehen (“understadning” en inglés) en Bernard Lonergan, Phenomenology and Logic: The Boston College Lectures on Mathematical Logic and Existentialism, Toronto, Univ. Toronto Press, 2001, CWL18: 365-357.  Un texto clave para Lonergan era Bruce Lindsay y Henry Margenau, The Foundations of Physics, John Wiley & Sons, 1936.  Véase capítulo 10 “The Dominant Context of Lonergan’s Life” en Pierrot Lambert y Philip McShane, Bernard Lonergan: His Life and Leading Ideas, Vancouver: Axial Publishing, 2010.

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