Words, don't come easy to me
How can I find a way to make you see I Love You
Words don't come easy[1]
How can I find a way to make you see I Love You
Words don't come easy[1]
Hace poco
más de un año, en el seminario “Proyectos de Intervención,”[2] Juan me preguntó:
“James, ¿qué es el Periodo Axial?” El
contexto de su pregunta era la lectura “Lo Femenino en la historia”[3] un capítulo
provocador de unas cinco páginas que habíamos leído.
Los autores
identifican el Periodo Axial como un periodo de transición de miles de años para
la humanidad, una transición alentada por la recuperación de significados en
textos sagrados y de “nuestro anhelo nostálgico” en “la boca seca, el cuerpo temblante
y la mente arremolinada.”[4]
En el
momento mi respuesta fue breve e inadecuada, y desde entonces he pensado en
cómo comunicaría a Juan y a sus compañeros una mejor respuesta, una que fuera un
poquito menos inadecuada, un poquito más eficiente. Aquí va una respuesta demasiado breve,[5] más de un
año después de recibir la pregunta sagrada de Juan.
Creo que el Periodo
Axial es, efectivamente, un periodo de transición que va desde la confusión, el
chisme, la prisa, las actividades constantes, la fragmentación y el balbucear
hacia una segunda espontaneidad;[6] es una transición hacia un
periodo de iluminación mediada por ejercicios aparentemente triviales y actividades humanizantes en el tiempo libre, que es el fin de
una economía sana.[7]
En la vida
académica—en salones de nivel superior o medio superior, en revistas y libros,
en congresos y conferencias, en blog spots (¡como este!)—las palabras
fluyen. Por ejemplo, las cincuenta y nueve
palabras en el párrafo anterior llegaron a mí fácilmente. ¿Cómo fluirán las palabras de filósofos en el siglo XXI?
La próxima
semana aquí en Morelia seremos anfitriones del XVII Congreso Internacional de
Filosofía, “Filosofar en México en el siglo XXI: Adversidad y novedad en la época”; cinco días de conferencias magistrales, coloquios,
presentaciones de libros y actividades especiales. Me pregunto: ¿Es posible que las miles de
palabras que fluirán la próxima semana en el XVII Congreso cambien Morelia para
el bien?
¿Para el bien? Aristóteles dice que “El bien es siempre concreto y específico”: al médico no le interesa curar el “Bien en sí.”[8] El bien de Morelia incluye las ocho normales de Michoacán y la Escuela Preparatoria Melchor
Ocampo; el Hospital General Regional No. 1 IMSS Morelia; el Mercado Independencia y el Mercado de San Juan. ¿Existe una manera para comenzar a concebir
heurísticamente la relación entre el XVII Congreso Internacional de Filosofía y
la calidad de atención médica, el costo de limones en los mercados y el nivel
de vida en Morelia? En fin, ¿podría el XVII
Congreso romper con la Babel de nuestro tiempo y revertir el ciclo amplio de
decadencia en el Periodo Axial?[9] ¿Cómo?[10]
Hoy en día no
es parte del etos de congresos filosóficos hacer preguntas tan concretas. Filósofos buscan publicaciones y
reconocimientos, pero por lo general no buscan maneras para cuidar al pueblo
mientras se preparan para morir.[11] Ese rol “clásico” ha vuelto a ser un asunto propio
del mercado académico.
Es curioso
pensar que el reto de un buen maestro o autor sea precisamente intervenir en la
Babel por encontrar una manera de cuidar sus palabras y decirles a sus alumnos
o lectores: “Los quiero mucho,” tal vez no tan directo sino irónicamente, con un
soneto de Shakespeare.[12] También es curioso pensar en un maestro que sea
consciente de sus fracasos diarios y el arrepentimiento diario necesario para
curar el abuso de los libros de texto que introducen “conceptos básicos” en el
primer capítulo, exámenes que promueven la memorización,[13] y
actividades constantes. Es aún más
extraño considerar que el futuro de la educación humanizante habite en unos
centros de Cabezas Vacías Anónimas.[14] Es casi imposible imaginar el horror de “la
situación social [que] se deteriora de manera acumulativa.”[15]
¿Qué es el Periodo Axial? Sorprendentemente
encontré una respuesta para la pregunta de Juan al reflexionar acerca de mi
desempeño como maestro de ética y de inglés.
Ha sido más fácil enseñar la ética en cursos de
inglés que en los cursos de ética. ¿Por
qué?
[1] F.R. David, “Words
Don’t Come Easy.”
[2] “Maestría en Pedagogía y Desarrollo Institucional,” la Universidad Nova
Spania, Morelia, Michoacán.
[3] Es el capítulo 11 en P. McShane, A. Gillis y J. Benton, Introducción al Pensamiento Crítico,
Madrid, Plaza y Valdés, 2011.
[4] Ver el capítulo 6, “La Bhagavad
Gita” Introducción al
Pensamiento Crítico. Se encuentra un estudio erudito del Perido Axial en Alessandra Drage, “Philip McShane’s Axial Period: An Interpretation,” Journal of Macrodynamic Analysis, 4 (2003): 128-179.
[5] Una
respuesta más adecuada sería un libro sobre el “todo de lo que conocemos
[conozco] que está de una manera en nosotros [mi]; está presente y es operativo
en nuestro conocimiento; pero está oculto tras bambalinas,…” Insight, p. 342.
[6] Ver el capítulo 1, “Ir más allá de la espontaneidad,” en Introducción al Pensamiento Crítico. Un contexto teológico es la discusión del
segundo tiempo del sujeto temporal (“second time of the temporal subject”) en
B. Lonergan, The Triune God: Systematics,
Toronto, University of Tornto Press, 2007, CWL
12, 405-413.
[8] “Difícil será decir qué provecho derivará para su arte el tejedor o el carpintero que conozca este Bien en sí, o cómo será mejor médico o general el que ha contemplado la Idea del Bien. Manifiesto es, en efecto, que el médico no considera ni aun el saludo de esta manera, sino la salud del hombre, o por mejor decir la de este hombre, pues en particular cura a cada uno.” Ética Nicomaquea, Libro I, VI, 1097ª7-14.
[9] “Esta cosmópolis no es Babel; es más, ¿cómo podemos romper con Babel? …. [L]a Babel de nuestro tiempo es el producto acumulativo de una serie de rechazos a la comprensión.” Insight, p. 301. También ver “La Babel de Nuestro Tiempo (parte 1)”
[9] “Esta cosmópolis no es Babel; es más, ¿cómo podemos romper con Babel? …. [L]a Babel de nuestro tiempo es el producto acumulativo de una serie de rechazos a la comprensión.” Insight, p. 301. También ver “La Babel de Nuestro Tiempo (parte 1)”
[11] Cf. J. Duffy, "La Filosofía como manera de vivir, preparar para
morir y cuidar al pueblo" en “¿Dónde
y Cómo Comienza el Comienzo?” Conferencia internacional “Información,
Comunicación y Complejidad,” Universidad Nova Spania, Morelia, Michoacán, México,
8 de septiembre de 2012, páginas 2-4.
[12] “I think of the
postmodern attitude as that of a man who loves a very cultivated woman and
knows he cannot say to her, ‘I love you madly,’ because he knows that she knows
(and that she knows that he knows) that these words have already been written
…. Still, there is a solution. He can
say, ‘As Barbara Carland would put it, I love you madly.’ At this point, having avoided false innocence,
having said clearly that it is no longer possible to speak innocently, he will
nevertheless have said what he wanted so say to the woman: that he loves here;
but he loves her in an age of lost innocence.
If the woman goes along with this, she will have received a declaration
of love all the same. Neither of the two
speakers will feel innocent, both will have accepted the challenge of the past
… both will consciously and with pleasure play the game of irony…. But both will have succeeded, once again, in
speaking of love.” Umberto Eco, Postscript to the Name of the Rose, New
York, Harcourt Brace Javonavich, 1984, pp. 67-8.
[15] Insight, p.
287.