miércoles, 6 de julio de 2011

Sobre El Primer Taller Latinoamericano Bernard Lonergan: "Educando para/hacia la Cosmópolis"

José Luis Guzmán Cristain

James me ha pedido escribirles una reflexión sobre este primer taller que se llevó a cabo en Puebla (sus platillos tradicionales son buenísimos), pero me da mucha risa comenzar porque no puedo quitarme de la mente la analogía que, Philip McShane (Economics for Everyone, Vancouver, Axial Publishing, 1998) un hombre con un sentido del humor extraordinario y en sí un humilde sabio con su espíritu preguntón inquebrantable, forman parangonándose con Sócrates y Platón (lo comprenderían bien si los hubieran visto platicando en el lobby del hotel a todas horas), y por qué no, nosotros seríamos algo así como pequeños Aristóteles. Ahora mismo que atiendo a la petición de mi maestro, me siento como un discípulo obediente, jaja. No obstante, debo contarles que ya tenía planeado escribir algo con referencia a esto, y es como si, de alguna forma, pensáramos de manera similar acerca de los siguientes pasos que deben darse, y por ello siento que estamos más conectados a la dinámica de crecer juntos (incluyéndolos a ustedes). Al final se escribe hacia afuera y no hacia adentro, ¿cierto?

Es preciso comenzar diciendo que cambiaron muchísimo mis primeras impresiones sobre la obra de Bernard Lonergan y mi idea del por qué estaba ahí sentadito estrenándome quizá como “Lonergan-fan”. Descubrí que en realidad no estábamos principalmente estudiando y comentando la obra de Lonergan, sino la obra del ser humano en sí; que no estábamos hablando del pasado cuando se hablaba de la historia, sino de una síntesis de los tiempos que provoca una loable fantasía en nuestro presente; que no se estaba discutiendo sobre el método trascendental (el método para “trascender” que señala Lonergan, pero que no es de Lonergan) como algo que pocos podrían hacer, sino que se trataba de algo que todos ya hacemos con cierto ritmo y cause, aunque quizá sin compás; que Cosmópolis es ciertamente muy difícil de entender y que quizá la hemos pronunciado con mucha ligereza-recuerdo las fotos en donde lo hacíamos cuando salía el flash, “it’s funny but it’s not funny,” diría James- pero que al final Cosmópolis es algo entendible si estamos armados de paciencia milenaria. En el taller estuvimos hablando de nosotros mismos, sin más.

Impresionante el estilo de McShane para decir eso. Usó la mesa como asiento diciendo “adiós” a formalidades y “hola” al pequeñín de ochenta años, y luego, aliándose con la música, trató de hacernos conscientes de que llevamos encarnada una semilla de la que parte todo lo demás de lo que uno pueda hablar, es decir, de complicados frutos venenosos, espinas puntiagudas y enormes enredaderas que dan forma a los problemas humanos (no por nada los problemas son llamados también “enredos”). La semilla es el “what?” que somos, reiteró varias veces. Puedo resumir, parafraseando con metáforas propias el mensaje de McShane así: les sugiero (creo que él comprende que nadie está obligado) comprender la semilla para empezar a hablar de la maraña, porque quizá es muy pronto para lanzarnos a esa empresa, volvamos a nuestro Edén: al principio de nuestro principio. Él aprovechó la letra de una canción de Marco Antonio Solís para explicarlo:


Cada vez me duele perder un minuto más.
Aquí sin poder entender porque tú no estás.
Estas tardes oscuras me asustan, y no me hace bien.
Caminar en sentido contrario a lo que es mi edén.(1)


¿Hacia dónde estamos caminando mientras estamos invadidos por tardes oscuras? Después McShane desenvolvió una partitura de piano, una largar partitura de piano, cantó y movió rítmicamente su cuerpo (pero debo decir que James ya es conocido como el cantante oficial de las reuniones y que me gustaría entrar al club, jaja). Entonces, volviendo, nos dijo que así como podemos comprender lo que está escrito en una partitura, así como podemos leer la música y entender algo que en el mundo se presenta como algo empírico, podemos hacerlo con todo lo demás que el hombre hace y crea. Claro está que todos pueden cantar una melodía, pero ¿qué dicen de desenredar una gran partitura sin que se crispen los ojos? Tal vez requiera de la búsqueda del Edén el poder interpretar con maestría y autenticidad el arte de cualquier rama del conocimiento, empezando por abandonar de hecho las ramas y sus frutos envenenados, y dándonos cuenta de que todo viene del mismo árbol, la misma raíz, la misma semilla, “the same what”. Así se desprende su idea de la posibilidad de una economía o una política más sana en el marco del progreso humano mismo y no la pura academia.

La posibilidad, a decir verdad, fue un tema que me pareció muy interesante porque se vuelve el impulso de toda actividad más allá de la teoría y desde la teoría. James habló sobre la importancia de entender la probabilidad emergente como algo que está presente siempre, y sobre cómo se vuelve la ciencia estadística una herramienta para alimentar la posibilidad de un mañana más sabio (hacia Cosmópolis) fantaseando acerca de las condiciones necesarias para que el esquema sea funcional y posible aún cuando no haya un patrón universal (fórmula) que lo permita y lo haga inteligible en las circunstancias presentes. Quedó dicho, con ejemplos bastante divertidos (calzones)(2) , que adelantarse a las circunstancias y moverse entre ellas para lograr ciertas cosas orientando inteligentemente la historia, es posible entonces con una inteligibilidad que sólo puede proveer la probabilidad y la constante fantasía. En sintonía con lo mismo, McShane en su conferencia inaugural nos abrió la visión hacia un mundo hacia el 9011 adecuando su fantasía al pensamiento de los 10,000 pueblos de Gandhi, un modelo para abarcar progresivamente a la humanidad como seres integrales, pero que aún requiere de perspectivas que empiecen a sembrarse con paciencia divina desde quizá el periodismo, las artes y los chispazos para emprender una educación más crítica.(3) McShane sigue escribiendo (se levanta a las cuatro de la mañana diariamente con ese fin) y creo que seguirá haciéndolo para poner en evidencia las condiciones necesarias para el advenimiento de aquellas perspectivas trascendentales siempre esperanzado en que otro pueda llevar la estafeta a generaciones nacientes. Es triste, y ya lo comentaba James, que muy pocos jóvenes estuvieran sentados al lado de esas barbas blancas.

En el tema del constructivismo en la educación, los trabajos fueron diversos e interesantes y está de más decir que si de generaciones nacientes se habla, en este rubro yace una gran esperanza para lograr cambios progresivos. Se subrayó la necesidad de la integración y de la especialización del humano en su totalidad, no en disciplinas. Se habló, principalmente desde la voz de Ricardo Avilés Espejel- un hombre que también me dejaba pasmado cada vez que abría la boca (y no por su dentadura)- de la importancia de ser congruente con las demandas de la vocación humana y sus sesgos y la posibilidad de desarrollar las capacidades innatas del humano y valorar sus potencialidades, así como apoderarse de las circunstancias lanzándose a una auto-apropiación interminable. De este modo la densa fantasía se dilucidaba, pero luego se empezaron a poner sobre la mesa algunos fenómenos que impedían vislumbrarla.

Alberto Aguilar señaló que se estaba tendiendo a construir el conocimiento y no al humano mismo, a mostrar las respuestas sin poner antes la sincera pregunta en el alumno, enseguida propuso un método para empezar a enseñar desde la pregunta y la cultura.

Martín López Calva (Educación Humanista, México, Gernika, 2009), por su parte, mencionó la importancia de saber que la realidad se construye pero no es la que se ve afuera, e hizo patente la lucha entre el conceptualismo y las intelecciones, donde la segundas son requeridas para empezar a construir un conocimiento pertinente en la educación con el cual se mueva no la realidad que se ve afuera, sino la que vive dentro del alumno. Martín tiene muy claras sus ideas y por lo que le he leído, puedo decir que vale mucho la pena revisar sus publicaciones si estamos interesados en la innovación educativa real.

Ariel Rodolfo Alcántara lanzó la pregunta: ¿cómo llegó a desligarse el estudiar del aprender? Sostuvo que la perspectiva del alumno es que estudiar no tiene sentido para sí, aun si lo hace por conveniencia (para obtener un promedio, puesto, beca, etc.) En concreto el alumno no encuentra sentido a lo que hace (estudiar) y se encuentra conformemente atrapado con el futuro que les han vendido (misión de las universidades), pero al mismo tiempo esos vendedores les niegan su presente (un sentido a lo que hacen diariamente y la creación de un “para qué” hacerlo). Relacionado con esto (la tricotomía interés, sentido y utilidad) se presentaron los resultados de una encuesta realizada a los alumnos de la Ibero donde se puede evidenciar la falta de sentido en los cursos, los anhelos de menores tiempos de clase y la petición de dinámicas que toquen sus intereses reales (y aprendan).

Quedó bastante claro que los cambios en métodos de enseñanza o de programas de estudio, no son soluciones mágicas a la gran decadencia en la que estamos varados y que hay muchas más variables involucradas en el esquema que puede hacer funcional el “hacia” al que podríamos dirigirnos. ¿Hacia ya vamos?

No acabaría de escribir sobre las personalidades que se congregaron (me faltaron varios por mencionar), creo que conocerlos y escucharlos fue una de las cosas más valiosas de haber asistido. Puedo decir que todos cuentan con perfiles sorprendentes más allá de los títulos profesionales, simplemente grandes humanos: algunos serios, otros parlanchines, y otros canijos en varios sentidos, jaja. Fue toda una experiencia, en verdad regresé muy contento y motivado.

El último día los organizadores se retroalimentaban pensando en las mejoras para el siguiente taller y según escuché sus expectativas fueron superadas.(4) Planean organizar, por lo menos, un taller anual y de ser posible cambiar de sede cada vez. A McShane y a James les hubiera gustado ver más mujeres entre nosotros (una joven se llevó muchos aplausos cuando expresó su opinión) y sobre todo más jóvenes y más relajo (baile, chistes, teatro, música). La verdad he empezado a hacer algunos cambios a partir de la experiencia y por eso estoy convencido de que seguir de cerca a estas mentes dotadas de un propósito de trascendencia, puede ayudar mucho a dar balance al camino que cada uno de nosotros estamos creando con libertad. Termino mandándoles un abrazo humanista y la invitación que el taller nos hizo indirectamente a todos los asistentes:


Desear plenamente el misterioso bien humano en cada circunstancia.
¡Hasta pronto amigos!



(1) “Si te pudiera mentir” de Marco Antonio Solís.
(2) Si la probabilidad de que uno esté sentado en la última fila es 1/5, la probabilidad que uno salga del auditorio es 1/10, y la probabilidad de que alguien lleve calzones amarillos es 1/20, luego la probabilidad de que una persona con calzones amarillos se siente en la última fila y salga del auditorio, es el producto de las tres fracciones: 1/5*1/10*1/20 = 1/1000.
(3) Pienso que es sobresaliente apuntar que noté cierta tensión cuando se empezó a hablar de tanta fantasía y de cosas “posibles” en el momento en que se comenzaba a pensar en lo concreto y en el quehacer de hoy en el tema de la política o la educación y que se confirmó cuando se discutía si Cosmópolis era o no una utopía. No me atrevo a exponer una conclusión sobre estos asuntos, pero si puedo decir que reiteran que como humanos estamos llenos de sesgos y limitaciones (tema que se expuso retomando el capítulo 7 de Insight) y que su comprensión, como fue consensuado, el avance sería ya significativo.
(4) Para que indaguen más sobre las conferencias y temas del taller: http://www.lonerganlat.com.mx/secciones/primer-taller-latinoamericano-2