Universidad Nova Spania, 9-10 diciembre 2011
Hace unas tres semanas, en una comida “Thanksgiving,” la hija (que tiene tres años) de una amiga me dio un beso, y el momento fue algo surreal para mí. Dudo que ella pensara mucho en darme el beso. Fue una expresión espontánea, sencilla y linda. Pero yo quería parar el mundo. ¿Por qué?
Un beso, igual que una sonrisa, tiene una significación. No es simplemente cualquier conjunto de movimientos de los labios, y los movimientos no están aislados, ni para una ni para la otra. Con el beso surgen para cada quien un conjunto complejo de emociones, memorias, deseos, tal vez temores. Se dice que la boca es la parte más íntima del cuerpo que es pública. También dicen que mientras los ojos revelan el alma, la boca es una entrada al cuerpo.
La significación del beso, como la de una sonrisa o un abrazo, no es lingüística, y por eso hay algo irreducible en un beso que no puede ser explicado. Mientras podemos pedir definiciones y aclaraciones en un debate o discusión, sería raro y ridículo interrumpir un beso con la pregunta: “¿Qué quieres decir con este beso mi amor?” Desde luego un beso puede ser simulado, y por eso puede ser engañoso como opuesto a verdadero. Pero un beso no puede ser falso como opuesto a verdadero. En otras palabras, la significación de un beso es de un hecho y no de una proposición; es una significación intersubjetiva y supone una situación interpersonal, es una afirmación de la situación interpersonal sin el uso de palabras. Dos sujetos encarnados se hacen transparentes y tal transparencia antecede todo tipo de análisis subsiguiente. El beso es una auto-revelación inmediata de las dos personas que están besándose, y encarna una significación, es la significación de la intersubjetividad humana que no existe en los robots o androides.
En la tradición fenomenológica posterior a Husserl (fenomenología hermenéutica, fenomenología experimental, terapia Gestalt) se hablan de la fenomenología de una sonrisa y de la percepción. Maurice Merleau-Ponty (Fenomenología de la percepción, 1945), en su crítica de la distinción entre en-soi (“en sí”) y pour-soi (“para sí”) que hace Sartre, dice que el cuerpo humano es ambos pour-soi y en-soi. El sujeto humano que percibe es temporal-espacial a la vez, "toda conciencia es conciencia perceptiva" y por lo tanto no tiene razón hablar del sujeto humano como si fuera descarnado (el Cogito de Descartes) o como si fuera transcendental-ideal (el Ich Denke de Kant). El sujeto humano es consciente, encarnado y temporal-espacial, es un sujeto que besa y es besado.
La revolución fenomenológica hermenéutica, junto con el teorema de incompletidud de Gödel, han puesto en tela de juicio la concepción clásica de la lógica como filosofía primera.[1] La búsqueda de la filosofía primera presupone un contexto hermenéutico pre-Gödeliano, en el cual se presupone una base fija y un punto de partida. En otras palabras, contamos con la anticipación de una mediación del sentido lógico, y todavía buscando un “punto de partida,” es decir una doctrina, unas premisas y/o unos principios primeros para comenzar. Pero definiciones no son únicas. “[A]l contrario, para cada término hay una secuencia histórica de definiciones diferentes; hay una explicación erudita para cada cambio de definición; y no hay ningún apoyo para la visión optimista que intentara excluir ulteriores desarrollos en esta serie mudable.”[2]
La teoría de la incompletitud afirma que, de cualquier conjunto de postulados y definiciones matemáticos, pueden surgir otras preguntas, a las cuales no es posible responder desde la base original de postulados y definiciones. No existe un solo conjunto de definiciones, premisas y proposiciones básicas y privilegiadas para seres históricos como nosotros seres humanos. No es suficiente seguir el procedimiento de afirmar proposiciones verdaderas y negar las proposiciones falsas porque el significado de las proposiciones depende del horizonte de las personas que las expresan, y aún más la proposición verdadera “tiende a ser aprehendido erróneamente por una consciencia que no ha descubierto aún la necesidad de descubrir lo que un Agustín tardó años y la ciencia moderna siglos en descubrir,”[3] el descubrimiento es que el nombre ‘real’ pudiera tener una connotación diferente de la que tiene el nombre ‘cuerpo.’
Por otro lado, filósofos en la tradición post-Husserliana de la fenomenología hermenéutica nos han hecho conscientes de la omnipresencia de la interpretación.[4] Ellos han sostenido que nuestras palabras están en un mundo (Sachlichkeit der Sprache en alemán), y por eso hay que tener cuidado al interpretarlas, traducirlas y hablarlas. No es simplemente que todas nuestras palabras y expresiones estén en un contexto o un mundo, sino también nuestros mundos son “lenguados” (Sprachlichkeit der Welt), es decir en cuanto aprendemos nuestra lengua materna vivimos en ella. No es que tengamos una opción de interpretar o no, sino que es un hecho que interpretamos continuamente. Dichos filósofos desaprueban el horizonte de Vorhandenheit que se preocupa de los conceptos universales y necesarios que le dan conclusiones rigurosas en los silogismos científicos. En lugar de tal enfoque atomístico le ponen una hermenéutica de Faktizitaet, una hermenéutica práctica y política en el sentido de que el arte de conversar, el arte de pensar y el arte de plantear preguntas relevantes son artes prácticas y políticas. En el caso de Gadamer, su hermenéutica es una recuperación de la pregunta ética y política de Aristóteles: “¿Cómo debería vivir?”[5]
¿La Lógica de un Beso?
Existe pues un contexto para hablar de la fenomenología de un beso. Pero ¿qué sentido tendrá la frase “la lógica de un beso”? La lógica tradicional tiene que ver con unas ideales -- definir términos, escoger premisas verdaderas y argumentar rigorosamente -- mientras la lógica matemática tiene que ver con la coherencia, la completitud y el uso de símbolos convenientes.[6] Parece que la descripción fenomenológica de un beso tierno e íntimo y las exigencias de la lógica son cosas distintas, aún separadas. Parece que se han reemplazado los ideales de la lógica tradicional y la lógica matemática con una lógica hermenéutica.
No estoy convencido, creo en distinguir y diferenciar entre el alcance de la fenomenología hermenéutica por un lado, y el uso de símbolos complejos y formulas, por otro lado. Pero no creo que la fenomenología hermenéutica haya reemplazado el uso de símbolos técnicos y convenientes de investigadores con el lenguaje del Lebenswelt, ni creo que la pregunta “¿Cómo debería vivir?” esté ajeno a los físicos matemáticos y los demás que se comunican de una manera no accesible al público. Cuando Arquímedes fue corriendo desnudo después de su “¡Ya lo vi!” no era un caso del sentido común, y no habría tenido mucho sentido utilizar las fórmulas de su descubrimiento para hablar a sus familiares y amigos acerca de su gozo. Sin embargo, esto no significa que fórmulas y símbolos técnicos no tengan que ver con, por ejemplo, el fantasear una economía sana en Morelia.
Si no existen puntos de partidas primeras y privilegiadas, ni en la geometría euclidiana ni no-euclidiana, “¿dónde comienza el comienzo?”[7] Cuando no sé por dónde empezar, me gusta investigar la etimología. La palabra “lógica” proviene de logikos (griego) que quiere decir "lo que atañe al hablar o razonar” y de logos "la razón, la idea, la palabra." OK, entonces ¿qué es el hablar o el razonar? Espontáneamente creemos que sabemos, pues hablar y expresar palabras son actividades cotidianas. Pero hablar inteligentemente, sin mis apuntes y quizás por unas diez horas sobre el hablar, es bien difícil. ¿Por qué? No es que sea estúpido, sino que soy un ser humano. Hablar inteligentemente de cualquier cosa requiere años de estudio, una serie de muchos “chispazos” y una familiaridad con símbolos convenientes.[8]
¿Qué es un beso?
B(Fi ; Qj ; Bk ; Zl ; Em ; AAn ) >< >< B(Fi ; Qj ; Bk ; Zl ; Em ; AAn )[9]
Permítame, querido lector, algunos comentarios sobre el simbolismo extraño.
(1) La “B” representa un beso, mientras “F,” “Q,” “B,” y “Z” representan las cosas de la física, la química, la biología, la zoología; la “E” y “AA” representa las cosas que son "integraciones superiores" de la física, química, biología y zoología humana: “chispazos” (actos de Entender) y estar Abierto a una Aventura, la aventura que es tu vida única y preciosa.
(2) “>< ><” es un símbolo para el dar y el recibir de parte de dos personas besándose.
(3) Los subíndices representan una gama de conjugados en este nivel. En el caso de la geometría espaciotemporal, los subíndices "j," "k," "l," "m" y "n" son cero; asimismo, si estás estudiando un flor, los subíndices "l," "m" y "n" son cero. El simbolismo de dos noches buenas “besándose” sería: B(Fi ; Qj ; Bk) >< >< B(Fi ; Qj ; Bk)
(4) El punto y coma es un símbolo para los estudios interdisciplinarios, por ejemplo la bioquímica de un beso: B(Qj ; Bk) >< >< B(Qj ; Bk)
El símbolo es un ejemplo de una “estructura heurística abierta,” obviamente más complejo que la “x” algebraica en la ecuación: (2x + 5)/3 = 3. El simbolismo representa “relaciones primarias,” pero no representa la variedad multicultural de “determinaciones secundarias” no-sistemáticas y no-sistematizable.[10] En otras palabras, el simbolismo no excluye colores, credos o lenguajes (¡en los dos sentidos!) de otros pueblos u otras partes del mundo.
Por supuesto el símbolismo es de nivel pos-grado. Pero no hay razón para temer la complejidad del simbolismo, pues el descubrir tales símbolos es parte de la peregrinación del ser humano en la historia. En un marco temporal de billones de años, la revolución científica sucedió hace apenas un rato, igual que la revolución hermenéutica. Nuestras reacciones de temor, asco, sospecha o resentimiento indican un fracaso en las instituciones educativas, una carencia de besos. ¿No es el rol fundamental del maestro o maestra, amar, besar y cuidar a sus alumnos? [11]
No hay razón para sospechar el reduccionismo en la frase “la bioquímica de un beso.” Tampoco hay razón para creer en la caricatura de la ciencia, que proviene de Bacon y Descartes, la cual afirma que la ciencia es poder (Scientia potentia est) y el método científico es obedecer las leyes de la naturaleza a fin de conquistarla (parendo vincere). Al contrario, se puede leer el simbolismo como una invitación a la humildad socrática, pues él nos recuerda que un beso es una cosa sumamente compleja. El movimiento de labios con labios, igual que el movimiento de una pareja bailando, es mucho más complejo que movimiento de un átomo. ¿No es un beso una cosa física-química-biológica-zoológica y, a la vez, una aventura?
Estoy fantaseando una llegada en un futuro en el cual los investigadores en las ciencias humanas (las ciencias no-básicas) manejen el simbolismo de una manera análoga a los investigadores en CERN, utilizan símbolos convenientes para colaborar.[12] ¿Sería práctica la llegada importante, el advenimiento de “Cosmópolis,”[13] cuando maestros y maestras vayan a besar sus alumnos luminosamente, autobiográficamente y sin sus apuntes? Respondo: Sería muy mucha práctica. Debe ser el rol de la educación, desde kindergarten hasta posgrado, desde las matemáticas hasta la historia de la filosofía, el criar (educare) y dirigir (educere) el bebé, el infante, el no (in-) hablante (fari). ¿Quién será este bebé que apenas puede hablar? “You and me baby!”
El Beso Navideño
En algunos días algunos van a tener la oportunidad de besar el bebé Jesús, la lógica (logos) encarnada, “la Palabra que se hizo carne.” (Juan 1:1&14) Para algunos es un momento especial, mientras para otros no tiene mucha razón. En cualquier caso, me pregunto: ¿es posible que los besos de este niño, que crecía “en sabiduría, en edad y en gracia” (Lucas 2:52) como cualquier otra persona, cambió la física y la química de su mamá? ¿Es posible que, de una manera muy rara, me besara también? ¿Puede ser la lógica del beso navideño devolver el beso al niño y, tal vez, participar en la restauración del cosmos, la creación entera gimiendo y sufriendo dolores de parto (Romanos 8:22) por unos 14 billones de años? No sé bien qué es la lógica de un beso navideño, pero en estos días voy a tomar unos momentos para “guardar todas estas cosas en mi corazón.” (Lucas 2:51)
[1] De hecho, han puesto en tela cualquier concepción de la “filosofía primera,” que sea la ética, la epistemología, la filosofía de la cultura, la estética, el pensamiento crítico, la filosofía de la liberación. Ver “Filosofía después de la filosofía” en este blogspot http://eltoquehumano-humanistas.blogspot.com/2010/09/la-filosofia-despues-de-la-filosofia.html
[2] Bernard Lonergan, “Dimensions of Meaning,” Collection, CWL 4, University of Toronto Press, 1988, 232-245. “Las dimensiones de la significación” traducido por Armando Bravo.
[3] Bernard Lonergan, Insight: Estudio sobre la comprensión humana (Salamanca, Sígueme, 1999), 25.
[4] Heidegger impactó a Gadamer por hacer temático el Als-Struktur de la consciencia de Dasein.
[5] Hans-Georg Gadamer, Verdad y método I: fundamentos de una hermenéutica filosófica, Ana Agud Aparicio A. & Agapito R. (trad.) (Salamanca: Sígueme, 1996. También véase Frederick Lawrence, “Language as Horizon?” en F. Lawrence (ed.) The Beginning and the Beyond: Papers from the Gadamer and Voegelin Conferences (Chico: Scholars Press, 1984), 13-34.
[6] Véase Bernard Lonergan, Phenomenology and Logic: The Boston College Lectures on Mathematical Logic and Existentialism, (Toronto: University of Toronto Press, 2001), capítulos 1-4.
[7] Eric Voegelin, In Search of Order. Vol. 5, Louisiana State University Press, 1987, p. 13.
[8] “Hay dos características de un concepto explicativo serio. El que el lector recuerde las semanas, meses, aún los años que ha gastado – con hazañas de curiosidad, y no sólo proezas de memoria -- luchando por alcanzarlo. Y el lector es capaz, aún muchos años después, de referirse a él con coherencia, brillantez, mediante ejemplos, quizás por unas diez horas. Tal vez el lector se sienta inclinado, por lo que he dicho, a sospechar de los conceptos serios y explicativos como logros raros. Y, ciertamente, no pasan de generación a generación en píldoras compactas aprendidas.” Philip McShane, Economics for Everyone: Das Jus Kapital, Halifax, Axial, 1998, 36. Traducción libre, la cita original dice: “There are two characteristics of a serious explanatory concept. You will remember the weeks, months, even years that you spent, with feats of curiosity, not feats of memory – in struggling towards it. You will be able, even years later, to speak of it coherently, illuminatingly, through illustrations, for perhaps ten hours. Maybe you are led by this to suspect that serious explanatory concepts are rare achievements? And certainly they are not passed on from generation to generation in compact little learned nuggets.”
[9] El simbolismo es una adaptación de un simbolismo aún más complejo que representa la frase “Bésame mucho.” Véase Philip McShane, A Brief History of Tongue, Axial Press, Halifax, 1998, 122-123 y “Metaphysical Control of Meaning,” Method: Journal of Lonergan Studies 24, 2006 También véase el texto de las notas #65-67, James Gerard Duffy, “English as My Second Language,” http://www.sgeme.org/Articles/sgeme-019-english-as-my-second-language-by-james-gerard-duffy.pdf
[10] En la física, la ciencia más sencilla, mientras la diferenciación es un proceso abstracto, la integración es un regreso al concreto. Cf. Lindsay y Margenau, Foundations of Physics, New York, 1964, 29-55. Con respecto al beso navideño, el regreso al concreto –a fisiologías, sensibilidades, e idiomas particulares -- complementa las correlaciones primarias. Sobre la complementariedad de las investigaciones clásicas y estadísticas, véase B. Lonergan, Insight: Estudio sobre la comprensión humana, Salamanca, Sígueme, 1999, capítulo 4.
[11] “Cuando uno les enseña a los niños geometría, les está enseñando a los niños, niños… la repetición de la palabra niños no es un error. Segundo, la palabra geometría puede remplazarse por cualquiera que designe otra disciplina, y la palabra niños puede sustituirse por las palabras: adolescentes, adultos, profesores, y así sucesivamente.” “La Nota para Profesores y Estudiantes,” Introducción al Pensamiento Crítico (Madrid, Plaza y Valdés, 2011), 13-14.
[12] Su tarea es acelerar y aumentar la energía de un haz de partículas mediante la generación de campos eléctricos que aceleran las partículas y los campos magnéticos que las dirigen y enfocan. El “Large Hadron Collider” (LHC), el complejo de aceleradores, aproximadamente 100 metros, está entre la frontera de Suiza y Francia.