El crítico americano Arthur C. Danto, en su ensayo “From Aesthetics to Art Criticism” (en su libro After the End of Art), afirma que la crítica del arte que fue desarrollado entre los siglos XIV y los principios del siglo XX, ya no sirve. En el mundo artístico post-Duchamp, que incluye “pop art,” arte conceptual, arte mural y arte ecléctico, la definición tradicional de “estética” no tiene mucho sentido. La crítica del arte se ha vuelto la crítica de la cultura, pero no existen criterios trascendentales: el sentido placentero de la estética de una crítica que tiene un “buen ojo” es sólo un caso, pero no el privilegiado.
En su ensayo “Modernism and the Critique of Pure Art: The Historical Vision of Clement Greenberg,” Danto se refiere a Heidegger y habla de una crisis en los conceptos básicos cuando ocurre un movimiento real en las ciencias. En su magnum opus Ser y Tiempo Heidegger escribe que hoy, entre todas las disciplinas, se nota una tendencia fresca de establecer la investigación en nuevos fundamentos, y Danto agrega que mientras el positivismo, el pragmatismo, y la fenomenología pretendían reconstruir la filosofía sobre bases sólidas, los filósofos postmodernistas (Rorty, Derrida) están marcados por el antifundamentalismo.
Existen filósofos que opinan que la filosofía ya se acabó, se murió, y si quieres hacer algo serio, debes seguir con estudios literarios o lenguas, pues la filosofía ya no merece atención. Estando de acuerdo en que hay una crisis en los conceptos básicos de la filosofía, preferiría hablar de “la filosofía después de la filosofía” en lugar de la muerte de la filosofía. Es decir, la definición tradicional ya no nos sirve, pero esto no quiere decir que debemos de dejar de hablar de “la filosofía.”
¿Qué es “la filosofía después de la filosofía”? Diría que es el reconocimiento que la “filosofía,” concebida como la búsqueda de un punto de partida único y “lógico,” ya no sirve. No sabemos qué hora es. Algunos quieren decir que vivimos en la postmodernidad, pero no confío mucho en los etiquetes “modernidad” y “postmodernidad,” pues es posible que estemos viviendo en una “pre-modernidad,” depende de cómo defino “modernidad,” y no existen definiciones privilegiadas (ver la entrada "Modernidad y Posmodernidad"). Por otro lado, diría que la filosofía después de la filosofía es el reconocimiento que los “filósofos puros,” que no se atreviesen a dialogar con los economistas, los historiadores de arte, los mercadotécnicos, los lingüísticos, y los matemáticos, entre otros, no pueden cuidar al pueblo. No son eficientes, pues sus estudios, pláticas y libros no tienen un impacto en la comunidad. De una manera, ellos están pensando en “el Ser en sí,” o “el Bien en sí,” mientras los que sufren son individuales con problemas concretos. Un amante de la sabiduría (philo-sofía) es alguien que realmente quiere poner sus ideas en acción, pero él o ella es paciente, y se embarcará en una búsqueda comprensiva y total, orientada a una visión integral y humanística.
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