miércoles, 12 de diciembre de 2012

La Moda y la Misión* (parte 2)

"Buenos días damas y caballeros, su misión, si eligieran aceptarla, es procurar el crecimiento de Sophia.  Deben elegir a los miembros de su equipo…este mensaje se autodestruirá en cinco segundos."[1]

I. La Misión
Nuestra misión es promover un etos de invitar a Sophia, a todas las niñas y a todos los niños a auto-conocer, auto-degustar y auto-amar mientras aprenden la raíz cuadrada de dos y otras maravillas.[2]  Nuestra misión es el criar, amar y liberar a Sophia y sus compañeros.  Qué ellos y ellas nos superen: “El verdadero discípulo es el que supera al maestro” (Aristóteles).  ¡También la verdadera discípula!

¿Quién será Sophia en unos cinco, diez o veinte años?  No lo sabemos de antemano; igual que ella, lo vamos a descubrir yendo, en el camino.  Quizá en unos treinta años ella sea otra Aesara,[3] Hipatia,[4] Marie Curie,[5] Joan Robinson,[6] Jane Jacobs[7] o Pina Bausch.[8]   Tal vez en unos cincuenta años ella sea la “Andrea Wiles” del doctorado en Política, Gobernabilidad y Políticas Públicas (PGPP).[9]   Es decir, su manera de concebir e implementar las políticas públicas en Michoacán incluirá la capacidad de manejar heurísticas más complejas que los símbolos magníficos de Andrew Wiles.[10]  Tal vez en 2082 ella será la primera María de los Angelitos.[11]  Espero que sí. 

Además nuestra misión es superar el mito de los ojos,[12] vivir en la noche oscura y dichosa, llevarnos a momentos gozosos y liberadores de un “¡Wow!” y rescatarnos a nosotros mismos de un ritmo de vivir deshumanizante y generalmente peor en el “primer mundo” que en los otros países.[13]   

Todo eso suena abrumador y agobiante, y efectivamente así es.  ¿Cómo podemos comenzar a entender el horror implícito en la expresión “la situación social se deteriora de manera acumulativa” en el ciclo amplio de la decadencia?[14]  Somos varios los actores involucrados – mamá y papá, abuelos y abuelas, tíos y tías, niñeras, maestros y maestras en kindergarten, primaria y secundaria, administrativos, maestros de los “extracurriculares” (el baile, el teatro, la pintura), tal vez psicólogos, pastor o pastora, et al.  Cada quien puede hacer solamente su parte pequeña para darle un beso a la princesa Sophia.  La responsabilidad de buscar el tesoro escondido[15] dentro de y emergente en esta princesa, identificar sus potencialidades, capacidades y recursos y, al mismo tiempo, crear las oportunidades para que ella se desarrolle es de todos los actores.

Evidentemente vamos a fracasar a pesar de nuestras mejores intenciones y la buena voluntad.  No es necesario creer en un “pecado original” para notar que todos tenemos cargas, sesgos, prejuicios y otros “pedos.”  Ni modo: que hagamos nuestro mejor esfuerzo para criar la princesa Sophia; y que tengamos la humildad para arrepentirnos frecuentemente, estimar al bufón aunque muchas instituciones en nuestra sociedad no lo hacen, y esperar hasta que al final ella se vaya volando.[16]

Un sesgo o aberración general es usar, a la brava, palabras como “la realidad,” “la ciencia,” “los valores” y “la complejidad.”  Para mí estas palabras son nombres que puedo pronunciar como un chango-hablante,[17] pero volverme en un maestro zen de estas palabras representa un plan de vida.  La cuestión es si podemos, de algún modo u otro, aceptar que hay problemas “filosóficos” cuyas soluciones nos lleve diez o veinte años encontrar.  ¿De dónde viene nuestra prisa, sin mencionar nuestra soberbia?  En la física, la ciencia más sencilla, “si entras por equivocación a una clase de tercero en la facultad, te superará en seguida el nivel de enseñanza.  Sin embargo, esto no sucede en el ámbito general de la filosofía,” [18] ni en las ciencias no básicas en las cuales hablamos de la realidad y los valores como si fueran más sencillos que los números, el espacio y el tiempo.

El historiador Herbert Butterfield dice que la revolución científica “supera todo desde la ascensión del cristianismo y reduce el Renacimiento y la Reforma al rango de simples episodios menores, meros desplazamientos dentro del sistema del cristianismo medieval.” [19]  Tal vez no estás de acuerdo con Butterfield, sospeches una “lógica cientificista” y creas que la solución a las barbaridades creadas por la ciencia moderna sería vivir en el Lebenswelt  (el mundo popular y sin diferenciación).  Está bien, tienes muchos amigos. 

Lo que no está bien es la carencia en la formación educativa de lo que me permitiría estar o no estar de acuerdo.  Es decir, si mi horizonte no incluye una experiencia y apropiación de la praxis fenomenológicamente verificable de resolver problemas aparentemente triviales, realmente no me será posible saber si la derivada puede servir para resolver problemas concretos. 

Se puede admirar el Modelo Estándar que hace posible la colaboración en CERN[20] y el uso de símbolos sin ser capaces de entenderlos.  Si en lugar de admiración sentimos resentimiento hacia la colaboración, puede ser que las instituciones educativas – desde kindergarten hasta la universidad – no estén cumpliendo su función.  Puede ser que ellas estén engañándonos con una oferta del aprendizaje rápido: mapas conceptuales hechos en una hora en equipo, textos que empiezan con “conceptos básicos,” clases en las cuales el maestro muestra una o dos definiciones clave  en una diapositiva, las muchas técnicas didácticas (entre ellas la más común es la memorización) y el esfuerzo insano de acumular evidencias de que los alumnos “tienen” cinco o diez competencias.

No estoy diciendo que la ciencia y la tecnología sean o deberían ser una religión, ni estoy negando la posibilidad de crear monstruos capaces de hacer la vida humana miserable (Frankenstein).  Más bien estoy diciendo que no hay manera de volver a vivir en el siglo XIII.  Sin teoría no hay tecnología, ni en la luna ni en la casa.  Sin la electrónica no hay celulares, laptops, o i-pads.  Cuándo te sientes pésimo, ¿vas con el mecánico o con el médico?  Un familiar o amigo puede sentarse para escucharme y acompañarme si estoy enfermo; el médico tiene otro rol… ¡a menos que sea Patch Adams!


II. Cabezas Vacías Anónimas y Comunidades Bases de “¿Huh?...¡Wow!”

Hola, mi nombre es James, y soy adicto al citar a las autoridades – Lonergan, Morin, Piaget, Kant, Aquino, Kuhn, Goethe, Nietzsche, Heidegger, Bertalanffy, Butterfield et al pero mi cabeza está vacía y la verdad es que no sé nada, ni sé quién soy.  Solamente sé que el corazón arde.

No podemos dar lo que no tenemos. [21]  No podemos invitar a la princesa Sophia y sus compañeras y compañeros a crecer, bailar, imaginar y amar a ellos mismos mientras están aprendiendo la raíz cuadrada de dos y otras maravillas si nosotros mismos no hemos crecido, bailado, imaginado y amado a nosotros mismos.  En gran medida dicha auto-apropiación mutua va en contra de la educación rápida y pragmática de nuestras instituciones educativas.

En las reuniones de Cabezas Vacías Anónimas (CVA),[22] igual que en Alcohólicos Anónimos (AA), existen la honestidad y el reconocimiento de que el problema es más grande que yo, que solito nadie va a poder superar su adicción, pero se podrá con el apoyo de la comunidad.  También se reconoce que es mejor atacar los problemas grandes empezando con los problemas más pequeños.  El mejoramiento normalmente no es un gran salto a la perfección o a la santidad, sino un cambio humilde y oportuno. 

Lo importante es crear una comunidad base donde “¿huh?” y “¿qué?” y “¡wow!” ocurran y recurran.  El problema, nuestro problema -- "Alguien está quitando / una pregunta de un signo interrogatorio  // pregunta que pintó el cuerpo entero, / pregunta con una cara oculta, pegunta que lloró"[23] -- no lo hemos creado.  Por lo tanto, la transformación de la Babel de nuestro tiempo nos exige una paciencia histórica[24] y una disciplina heroica de abrazar un lento y perseverante proceso de acumular pequeños “¡wows!” y, poco a poco, volvernos en buenos no-discípulos.  Con el apoyo de la comunidad base, la pregunta devuelve a pintar el cuerpo y, a la vez, se gana la confianza para subir la escena y compartir un monólogo.  

Allí estoy, en la escena sin guardarropa y sin accesorios, sin ninguna rúbrica, sin texto, sin un caso o un dilema ético.  Soy el texto y la rúbrica, y estoy contando, tal vez cantando, tal vez llorando, el “dilema ético” que es mi vida: ¿Qué he hecho, que estoy haciendo y que voy a hacer con mi vida preciosa, única y salvaje?   Si me atrevo a hablar de “la realidad” o “los valores,” será autobiográficamente, y con muchos detalles de los días, meses y años gastados y disfrutados en acumular una serie de pequeños actos de intelección.

Qué espantoso, ¿no?  Lo siento, tales monólogos desnudos serán las fundaciones de las ciencias básicas y no tan básicas en un futuro.  ¿Qué tan futuro?  ¡Ay de mi, depende de como te va leyendo el libro de ti mismo en la oscuridad de la historia!  Es decir, depende de tu monólogo.

Si piensas que mi postura es demasiado fumada, y quieres algunas 'autoridades' para justificarla, puedes leer “Reason: The Classic Experience” por Eric Voegelin, en particular su discusión de nuestra psicopatología como hijos e hijas de Hobbes, Hegel, Marx, Heidegger, Sartre y Levi-Strauss.[25]  Igual, podrías leer la descripción espantosa de las implicaciones del ciclo amplio de decadencia en capítulo 7 de Insight.  

No obstante, recuérdenos que estoy hablando de una fundación autobiográfica.  En la juntas de CVA, así como en las juntas de AA, no se tolera el discurso indirecto (in oratione obliqua) de lo que dice Voegelin o Lonergan sobre nuestra psicopatología, sino se exige un discurso directo (in oratione recta) y un testimonio personal.  “De la forma que he querido / y a pesar de lo que digan / cuesta arriba / te voy a contar mi vida.” [26]  Hay que mirar lo interior y contar mi vida.

Después de Ludwig Wittgenstein (1889-1951), es casi un hecho que los filósofos y otros académicos interpreten “introspección” como Descartes: ver adentro.[27]  Pero el asunto de ayudar a la princesa Sophia a auto-apropiar va más allá del mito de los ojos en la filosofía de Wittgenstein, más allá  de las fantasmas de Descartes, Hume, Kant y Marx en los cinco paradigmas y sus epistemologías “modernas” que examiné en “La Moda y la Misión” parte 1, y más allá de las críticas de parte de los “post-modernistas,” “post-humanistas,” “post-burguesitos,” “post-feministas,” “post-liberales,” “post-historicistas,” “post-cristianismos” et al.[28] 

“Abrocha tu cinturón Dorothy, porque Kansas se desvanece.”[29]

Una cosa es estar triste; y otra cosa, notar que estás triste, nombrar el estado, quizá buscar alguien que te pueda ayudar a identificar la causa y buscar una solución.  Una cosa es estar enamorado; y otra cosa, notarlo, nombrarlo y expresarlo, tal vez sorprenderla con chocolates y una botella de un buen vino tinto.  En los dos casos la razón por la cual podemos notar, nombrar y expresar es el hecho de que estar triste o enamorado son condiciones conscientes, y por lo tanto podemos hacer una introspección, o auto-apropiación.  

El reto es vivir integralmente[30] – compra los chocolates para ella, habla con una amiga o un terapeuta a cerca de los monstros,[31] toma un buen sabático para recordar y apropiar lo que pasó a tu misma Helen Keller[32]--, sospechar socráticamente que no sabemos de qué estamos hablando y cerrar paulatinamente la brecha entre el hablar espontáneamente de “la realidad,” “los valores” y “la complejidad” y hablar como un maestro o una maestra zen.  La brecha existe no porque seamos estúpidos, sino porque somos seres humanos. 

Recordemos que todavía estamos pensando cariñosamente en Sophia, en como criar y amarla; y notemos que el contexto de la auto-apropiación, en la casa, la escuela, o el monasterio, es la amistad.  El problema del puente – si debemos empezar con objetos ya-allí-afuera, con sujetos ya-aquí-adentro, o con ambos a la vez -- tiende a desvanecerse cuando nuestra meditación y acción recaen en la amistad, “la situación interpersonal, el intercambio psíquico de la presencia mutua, en los inicios de lo que puede resultar una unión de toda la vida.”[33]   

"Buenos días, damas y caballeros. Nuestra misión, si eligiéramos aceptarla, es procurar el crecimiento de Sophia..."


* “Conversaciones sobre la educación,”Universidad Nova Spania, 24 noviembre 2012.
[1] Cada episodio el la serie televisión estadounidense “Mission Impossible,” emitida por la cadena CBS entre los años 1966 y 1973, empezó con una invitación a una misión.  Traducido del inglés: “Good morning, ladies and gentlemen. Your mission, should you choose to accept it, involves the raising of Sophia. You may select team members... This message will self-destruct in five seconds.”
[2] Véase “Nota Para Profesores y Estudiantes” en P. McShane, A. Gillis Drage y J. Benton, Introducción al Pensamiento Crítico, trad. James Gerard Duffy y Karla Nahmmacher de la Torre,  Madrid, Plaza y Valdés, 2011, 13-16.  En adelante Introducción al Pensamiento Crítico.  La auto-degustación simbólicamente debe ser el fin de las artes literarias y escénicas.  Ibid., pp. 132-143.  Note que una buena maestra de matemáticas o lógica posee arte, ingenio y desenvoltura.  Ibid., “Matemáticas,” pp. 194-199.
[3] Aesara vivió entre el 300 y 100 a.C.  Escribió la obra Libro sobre la naturaleza humana, de la cual sólo sobreviven algunas partes.
[4] Hipatia de Alejandría (370-415 d.C.) fue una filosofa y maestra neoplatónica que se destacó en los campos de las matemáticas y la astronomía. Ella es la protagonista en la película “Ágora” (2009) dirigida por Alejando Amenábar.
[5] Marie Curie (1867-1934) fue una química física, y pionera en el campo de la radiactividad. Fue la única persona en haber recibido dos premios Nobel en distintas especialidades, Física y Química.
[6] Joan Robinson (1903-1983) fue una economista inglesa.  Ella formó parte de la denominada escuela postkeynesiana, que constituye un paradigma de la economía heterodoxa. 
[7] Jane Jacobs (1916-2006) fue una teórica del urbanismo y activista político-social canadiense.  Su obra más influyente fue The Death and Life of Great American Cities (1961), en la cual critica duramente las prácticas de renovación urbana de los años cincuenta en los EEUU.
[8] Pina Bausch (1940-2009) fue una bailarina, coreógrafa y profesora de danza alemana, y una de las grandes figuras del ballet contemporánea.
[9] Doctorado en la Universidad Nova Spania, Morelia, Michoacán, http://uninova.edu.mx/web1/index.php
[10] Andrew Wiles (1953- ) es un matemático británico.  En 1993 alcanzó fama mundial por exponer la demostración del último teorema de Fermat. 
[11] Véase “María de los Angelitos” 
[13] Véase “Alcance Global,” capítulo 7 en Introducción al Pensamiento Crítico, pp. 48-53.
[14] Bernard Lonergan, Insight, 287.  Me referí al ciclo amplio de la decadencia en “La Cultura de los Derechos Humanos y la Cosmópolis," 11 de mayo de 2012,  
[15] Véase Luis G. Ortiz, “Educación Inicial: a la búsqueda del tesoro escondido”, Revista de Iberoamericana de Educación, 22, 2000, 75-92.
[16] Último párrafo de James G. Duffy, “All You Need is Love?” 
[17] Véase la discusión de la definición nominal, explicativa e implícita en Insight, pp. 45-48.
[18] Introducción al Pensamiento Crítico, p. 30.
[19] Herbert Butterfield, The Origins of Modern Science, 1300-1800, 2nd ed., New York: The Macmillan Company, 1966, 7. Traducción libre. 
[20] La colaboración entre los investigadores involucrados en el “Large Hadron Collider” (LHC), el complejo de aceleradores, aproximadamente 100 metros que está entre la frontera de Suiza y Francia.  Muchos de ellos viven miles de kilómetros de Francia y Suiza.  Los aceleradores fueron inventados para proporcionar partículas energéticas para investigar la estructura del núcleo atómico.  Su tarea es acelerar y aumentar la energía de un haz de partículas mediante la generación de campos eléctricos que aceleran las partículas y los campos magnéticos que las dirigen y enfocan.
[21]“Si el analista padece un escotoma acabará por comunicarlo al paciente; de igual modo, si esta Cosmópolis parece de por sí la aberración general de sentido común… entonces el ciego acabará por guiar a otro ciego y ambos irán a dar a una fosa.”  Insight, 300. 
[22] Se citan muchos autores, pero los estudiantes salen con una cabeza vacía.  Traducido del original en latín: “nudibus auctoritatibus citatis, vacuus abscedet”
[23] Véase la notá #15 en “La Moda yla Misión” (parte 1)"
[24] Véase James Gerard Duffy, “La paciencia histórica y la fantasía en la educación,” Aportes de Investigación en Educación y Valores en México, M. Montes López, A Hirsch Adler y J. Santillán Gutiérrez (coords.), Morelia, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 2011, 187-194.
[25] Eric, Voegelin, “Reason: The Classic Experience.”  The Southern Review, (10), 1974, 237-264.
[26] “Te voy a contar mi vida,” Julio Iglesias.
[27] Véase L. Wittgenstein, Philosophical Investigations, trans. G.E.M. Anscombe. Macmillan Publishing Co. 1958.
[28] Véase “Seventy Posts” en Charles Jencks, What is Post-Modernism? West Sussex: Academy, 1996, 14-15.
[29] Es lo que dice Cifra a Neo en la película de ciencia ficción “Matrix.”  Traducido del original en inglés: “Buckle your seatbelt Dorothy because Kansas is going bye-bye.”
[30] Cuando un bebe ríe todo el bebé ríe, con todo su ser, desde las pies a la cabeza.  ¡Igual cuando llora!  A menos que seas una persona bastante rara, no te ríes, ni lloras, ni piensas, ni vives de esta manera. 
[31] “Si un hombre es un héroe, es un héroe porque, a primeras cuentas, el no deja que el monstruo lo devore, pero es amenazado no una si no muchas veces.”  C. G. Jung, “The Relations between the Ego and the Unconscious,” Collected Works, Vol. 7 (Princeton UP, 1966).  Traduciendo libremente del original que dice: "If a man is a hero, he is a hero because, in the first reckoning, he did not let the monster devour him, but subdued it not once but many times." (173)
[32] ¿Qué pasó con Helen?  ¿Qué nos pasó a nosotros cuando éramos infantes y por primera vez empezamos a hacer gestos?  Las preguntas son diferentes porque la experiencia de Helen fue inesperada, sorprendente y fundamental, mientras la pregunta “¿Qué me pasó cuando era un infante?” es acerca de una experiencia inesperada, sorprendente y fundamental.  Véase el apéndice B “¡Aguas!” de James Gerard Duffy, “¿Dónde y Cómo Comienza el Comienzo?” 
[33] Bernard Lonergan, “Cognitional Structure” Collected Works of Bernard Lonergan, vol. 4. (Toronto: University of Toronto Press, 1988), 219.  Traducido del original en inglés: “The problem of the bridge from ‘in here’ to ‘out there’ tends to vanish when the whole stress falls on the interpersonal situation, the psychic interchange of mutual presence, the beginning of what may prove to be a lifelong union.”  En Insight Lonergan desacredita el problema del puente: “Nosotros situamos la trascendencia no en ir más allá de un sujeto cognoscente que se conoce, sino en la intención del ser en cuyo ámbito hay diferencias positivas y, entre tales diferencias, hay la diferencia entre el objeto y el sujeto” (449-450).   Desde luego Kansas no se va a desvanecer (ver la nota #29) sin el apoyo de un grupo parecido a CVA.