jueves, 3 de noviembre de 2011

Frambuesas, cáscaras de cocos y las manifestaciones en Wall Street

Imagina a Robinson Crusoe, sin un centavo y solo en una isla (piensa en Tom Hanks en la película “El Naufrago”). Él puede recoger frambuesas con la mano o – si tiene una gran idea y limpia la cáscara de un coco – puede hacer una pausa para hacer un recipiente. Ahora puedes trasladar la reflexión a una comunidad en una isla... entonces puedes pensar en uno de los recolectores de frambuesas teniendo la brillante idea de hacer un aparato recolector. Allí debería existir un acuerdo sobre la división de la labor, y habrá promesas…

Esto nos lleva a la idea de las dos actividades que establece la distinción económica básica que les faltan a los libros de texto económicos y a las actividades económicas pasadas y actuales. La idea primitiva expone el error elemental que apuntala la locura del presente financiero para el cual los disturbios Wall Street están dirigidos. Parece increíble, ¿no? Date cuenta que Robinson debe tener suficientes frambuesas recogidas para darle el tiempo de hacer su nuevo aparato recolector.

Las variables económicas básicas se pueden enseñar, pero está más allá de la generación actual de profesores, asesores financieros, consejeros presidenciales, et al quienes está mal educada. La educación en la nueva economía está en la cuesta hacia la física newtoniana y hacia las ecuaciones de Maxwell, lo que descubrió Lonergan a principios de las cuarenta.[*] Lamentablemente ni los economistas del presente ni los del pasado lo han creído realmente.

¿Por cuánto tiempo continuarán la estupidez y la codicia con la que se relaciona? Por lo menos una generación o dos si crees en lo que Max Planck (1858-1947) dijo sobre las innovaciones científicas. La tarea es que surja una comunidad que pueda generar una nueva cultura (un nuevo etos), una nueva visión del crédito, una medida precisa y moral de las ganancias trimestrales, una des-mercantilización del dinero (que no es una mercancía, sino una promesa), etc. Debemos de mantener la enseñanza y el pensamiento en lo concreto, comenzando en la secundaria: esa es la cultura de la heurística científica que existe en la física a partir de la prepa, pero no existe (no aún) en la economía a ningún nivel.

It's going to take a lot of love
to get us through the night
It's going to take a lot of love
For things to turn out right.
("Lotta Love," Neil Young)


[*] Véase los primeros tres capítulos en Bernard Lonergan, For A New Political Economy. University of Toronto, CW21, 1998, pp. 6-7. Algunos economistas, después de unas bebidas, tienen la honestidad para reconocer el problema: “Late in the day, after they have had two or three drinks, many economics professors will begin to admit to their own reservations about the theory which forms the core of the economics curriculum. The theory, they will acknowledge, is at odds with much that is known about the behavior of economic institutions. ´But what else is there to teach our students?’ they ask.” Alfred Eichner, A Guide to Post-Keynesian Economics, New York, M. Sharpe, 1979, vii, quoted in Economics for Everyone, Vancouver, Axial Publishing, 1998, p. 11.

El pensar críticamente sobre la economía en Morelia

Las Primeras Jornadas de Pensamiento Crítico: "Para pensar la educación"
14 y 15 de octubre de 2011
PreÜniversitaria, Morelia, Michoacán



¿Por qué todavía estamos en la etapa de la alquimia con respecto a la economía? ¿Por qué estamos por comenzar, y por qué el comienzo será una “reconstrucción del campo desde nuevos fundamentos, una reconstrucción que cambia algunas de las generalizaciones más básicas además de muchos de sus métodos y aplicaciones paradigmáticos”?[1] El problema no es solamente la avaricia que resulta de “la bebida fuerte de la expansión,”[2] sino la mal enseñanza que propaga la estupidez de pensar que el PIB o las tasas de desempleo son las variables básicas de la economía.

En la economía local de Morelia hay un circuito básico de trabajo cuya función es producir bienes básicos, por ejemplo tamales y atole, que encajan en el nivel de vida común. Yo no sé cómo preparar tamales y atole, pero seguramente hay instrumentos, estufas, utensilios, etc. que son usados en su producción. Yo no me como esos instrumentos, estufas o utensilios, y ellos no entran directamente en el estándar de la vida común. ¡OBVIO! Su producción, mantenimiento y sustitución son parte de un circuito de trabajo distinto; llamémoslo circuito “surplus” (“no-básico,” “agregado,” lo que sea[3]), el cual tiene por función producir los bienes y servicios que a su vez producen el circuito básico de trabajo. Hacer una canasta para recolectar manzanas y hacer un arado para convertir la tierra en un campo de maíz son también actividades surplus; nosotros comemos las manzanas y el maíz, pero no nos comemos las canastas o los arados.

Si pensamos en la producción de tamales y atole en un circuito básico en términos de velocidad--tantos tamales y tantos litros de atole en varias horas (o días)--entonces el impacto del incremento de velocidad en la producción de los utensilios, instrumentos, estufas, etc. en el circuito surplus será la aceleración de la velocidad en la producción del circuito básico. Pero, no sin un retraso, y no sin una sabiduría de productores y consumidores en ambos circuitos. En otras palabras, nada es automático. Lo que es necesario para salir de la crisis financiera mundial y la crisis en la enseñanza de la economía es una apreciación -- desde la escuela secundaria hasta los estudios de postgrado y más allá -- de la relación funcional entre los dos circuitos: cómo el circuito básico contribuye directamente al nivel de vida emergente; y cómo el circuito surplus contribuye indirectamente al mismo nivel de vida emergente.[4]

En la economía ortodoxa, no identifican las variables básicos y por eso no se distinguen las dinámicas de las tres fases:[5] (i) una expansión agregada de la fase capitalista; (ii) una expansión básica de la fase materialista; (iii) la fase estática (o cultural), que resulta de un ahorro en tiempo y la liberación de algunos ciudadanos para hacer actividades “culturales.”[6] El resultado de la alquimia es el gran casino contemporáneo, con sus centros en Nueva York, Londres, Tokio, Shanghái, Toronto, Hong Kong, Geneva, Singapur, Zúrich y Sídney.

¿Es buen momento para preguntarnos con Joan Robinson: “¿Es hora de volvernos al principio y comenzar de nuevo?”[7]? Creo que sí. Quizá en unos cien años se reconocerán los esfuerzos de Joseph Schumpeter como más importantes de aquellos de Keynes. Según Schumpeter, no debería ser su rol “forzar su dinero sobre la gente” ni “felicitarse por llenarse con préstamos.”[8] Su rol es dar crédito, es decir su rol es creer. El propósito de un comité bancario, dice Schumpeter, debería ser “evaluar las posibilidades de éxito para cada propósito y el tipo de hombre que el prestamista es, mirándolo mientras actúa...”[9] Para Schumpeter es esencial que el banquero “sepa, y esté en condiciones de juzgar para qué se utiliza su crédito, y que él sea un agente independiente.”[10] Dado que “la función del banquero es esencialmente una función crítica, de control y de advertencia,” así como los economistas, los banqueros “sólo merecen el pan que se comen si se hacen completamente impopulares con los gobiernos, los políticos y el público.”[11]

¿Por dónde empezó la locura del casino mundial contemporáneo? Por un lado, en la historia del pensamiento económico, comenzó en el capítulo 4 de Wealth of Nations cuando Smith de repente se fascinó con el dinero.[12] En un futuro, tal vez en unos 100-150 años, un egresado de la PreÜ podrá identificar el error principal de Ben Bernanke, el “Chairman of the Federal Reserve” en los EEUU.[13] Egresados de carreras como economía y finanzas serán capaces de relacionar el error con la historia del pensamiento económico, además serán capaces de identificar algunos errores básicos en la enseñanza de la economía en el siglo XX.[14] También serán capaces de criticar la locura de Robert McNamara en 1968 cuando cambió la política del prestar dinero: en lugar de prestar millones de dólares, empezó a prestar mil millones de dólares..[15]

Por otro lado, existe un corriente espantoso en la filosofía política moderna. El filósofo Frederick Lawrence describe el declive:
No te da un susto a descubrir una trayectoria de pensamiento político que va desde Maquiavelo a través de Hobbes, Locke y Smith, y una segunda ola que va de Rousseau y pasa por Kant, Hegel y Marx. Esta trayectoria está arraigada en la opción maquiavélica para, en la formulación de Lonergan, "desarrollar puntos de vista ‘realistas’ en donde la teoría se ajusta a la práctica y con práctica uno se refiere a cualquier acción u obra que venga.”[16]
Como dice Ortega y Gasset, “la universidad debe intervenir y ponerse como un ‘poder espiritual.’”[17] La educación debe ser la primera línea de defensa contra la barbarie, pero aún allí encontramos la flojera, la desidia, la falta ceguera mental, las actividades incesantes, la capitulación de la inteligencia humana y un ambiente en el cual estamos “entreteniéndonos hasta la muerte”[18] porque las masas quieren la seguridad y la diversión.[19] Desde luego, hablar de la intervención de las prepas y universidades en Morelia como agentes que fomentan el pensamiento crítico y creativo en la economía de Morelia nos lleva al “país de la fantasía,” no solo cambios en los textos, sino en las mismas instituciones educativas. Puede ser que la fantasía sea lo más importante para el pensamiento creativo.

En mis fantasías veo una sabia, María de los Ángeles, que vivirá en Jesús del Monte en unos cien años, y que es capaz de dar consejo adecuado a los que viven en el pueblo sobre el manejo de los dos flujos económicos y los dos flujos de dinero “concomitantes.”[20] Además de haber llegado a una buena idea del dinero -- que, normativamente, no es una mercancía, sino un sistema de contabilidad pública de flujos que van en contra de uno u otro de los dos flujos de bienes y servicios -- la cual incluye la historia del pensamiento económico, habrá llegado a una idea de cómo los fundadores de nuestra democracia liberal moderna (Macchiavello, Hobbes, Locke, Rousseau) no solo separaron la política de la ética, sino también hicieron los estándares de la seguridad y la comodidad del homo economicus el bien soberano. Ella habrá estudiado el amanecer del neoliberalismo y la tecnocracia en los mandatos de Carlos Salinas (1988-1994) y Ernesto Zedillo (1994-2000),[21] y será capaz de ubicar ese amanecer en el ciclo amplio de decadencia.[22] Ella luchará en contra de la inversión en la relación entre la tecnología, la economía y la política y en contra de “la bebida fuerte de expansión,” y en favor de las actividades culturales que son los frutos de una economía sana. Además, ella conocerá la cultura regional de Jesús del Monte, pues si no la conoce, no podrá comunicarse con las ciudadanas. En pocas palabras, ella será una mujer culta.

Por el momento ella es una fantasea porque: (1) todavía no existen textos de economía que distingan adecuadamente los flujos básicos y los flujos no básicos, y por eso la fase cultural es una anomalía; (2) los textos que utilizan vienen de otro lado y no toman en cuenta flujos locales; (3) todavía no existen equipos de maestros con una formación adecuada para promover el pensamiento crítico y creativo o el crecimiento lento, seguro, interdisciplinario, e integral, y así “dar a luz a” sabias como María de los Angelitos.[23]


[1] Thomas A. Kuhn, The Structure of Scientific Revolutions, Univ. Chicago, 1970. Traducción libre del orginal: “reconstruction of the field from new fundamentals, a reconstruction that changes some of the field’s most elementary theoretical generalizations as well as many of its paradigm methods and applications.” (85) También véase Bernard Lonergan, For A New Political Economy. University of Toronto, CW21, 1998, pp. 6-7. En adelante, FNPE. Algunos economistas, después de unas bebidas, tienen la honestidad para reconocer el problema: “Late in the day, after they have had two or three drinks, many economics professors will begin to admit to their own reservations about the theory which forms the core of the economics curriculum. The theory, they will acknowledge, is at odds with much that is known about the behavior of economic institutions. ´But what else is there to teach our students?’ they ask.” Alfred Eichner, A Guide to Post-Keynesian Economics, New York, M. Sharpe, 1979, vii, quoted in Economics for Everyone, p. 11.
[2] “Those brought up on the strong drink of expansion, [who] have to be cured of their appetite for making more money and more money that they may have more money to invest and so make more money and have more money to invest.” FNPE, 98.
[3] Este “lo que sea” es importante. Estamos tratando de pensar en términos de las relaciones de flujos de bienes básicos y bienes no-básicos, y estas relaciones median los significados de los términos. En otras palabras, estamos tratando de identificar los variables básicos de la economía. La identificación de los variables básicos y la cierre de la brecha entre formulas y formulaciones nos dan una apreciación profunda y un respeto por la relevancia -- casi misteriosa -- de explicaciones abstractas para resolver problemas concretos.
[4] Esta diferenciación de los dos circuitos, o dos variables básicas, puede ser la que marca el inicio de la economía como ciencia. Seguramente economistas ortodoxos o establecidos cuestionarán esta afirmación. Eventualmente, el tema no será asentado por debates aleatorios entre seguidores de Marx, Schumpeter, Keynes, Kalecki, Lonergan, o quién sea, pero si por un paradigma masivo cercano a una división iluminada de labores dentro del análisis económico.
[5] FNPE, 23-27, 52, 83-87, 106.
[6] Tiempo libre para cantar, leer, componer, bailar, hacer tatuajes, pintar, ir al cine, etc. En términos económicos, no hay distinción entre la fase materialista y la fase cultural. En términos políticos y éticos, la distinción es relevante.
[7] “It is time to go back to the beginning and start again.” Joan Robinson and John Eatwell, An Introduction to Modern Economics, New York, McGraw Hill, 1973, 51. Traduciendo libre. Gregory Mankiw, el autor de varios textos académicos en los EEUU y México (Principles of Economics, Principles of Microeconimics, Principles of Macroeconomics) está pensando cómodamente en la larga tradición de “conceptual analysis,” una tradición desordenada fundamentalmente porque va en contra de la espontaneidad de los pequeños para preguntar. Se puede expresar el reto del pensamiento crítico para los economistas de esta manera: ellos tienen mentes, ¿no sería buena idea para ellos descubrir y entender lo que pasa cuando piensan? Véase capítulo 3 de Bruce Anderson y Philip McShane, Beyond Establishment Economics: No Thank-you Mankiw. Nova Scotia, Axial Press, 2002. El asunto no es leer a Platón o Aristóteles o Descartes o Kant, sino “auto-leer” mientras lees los textos económicos de Schumpeter, Keynes, Kalecki, Lonergan o quien sea. Además el reto de “doble-leer” es transversal, es decir a través del currículum, y requiere paciencia y, hasta cierto punto, un desplazamiento existencial del ritmo acelerado de las instituciones educativas.
[8]Joseph Schumpeter, Business Cycles: A Theoretical, Historical, and Statistical Analysis of the Capitalist Process, New York, McGraw Hill, 1939. 640. Traduciendo libre. El original dice: “Banks are not there to ‘force their money on people,’” (640) nor “do they congratulate themselves if they are loaned up.” (641)
[9] Ibid. Traduciendo libre. El original dice: “Judging the chances of success of each purpose and, as means to this end, the kind of mand the borrower is, watching him as he proceeds …” (641)
[10] Joseph Schumpeter, Ciclos económicos: análisis teórico, histórico y estadístico del proceso capitalista, Jordi Pascual (trad.), España, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2002, p. 96.
[11]Ibid., 98
[12] Nicholas Kaldor writes. “The difficulty with a new start is to pinpoint the critical area where economics went astray… I would put it in the middle of the fourth chapter of Volume One of The Wealth of Nations… In (that) chapter, after discussing the need for money in a social economy, Smith suddenly gets fascinated by the distinction between money price, real money, and exchange value … One can trace a more or less continuous development of price theory from the subsequent chapters of Smith through Ricardo, Walras, Marshall, right up to Debreu and the most sophisticated present-day Americans.” “The Irrelevance of Equilibrium Economics,” Economic Journal (82) 1972, 1240-41.
[13] Aunque Bernanke no comparte la fe ideológica de Greenspan que “los mercados siempre saben lo que le conviene,” comparte con Greenspan una educación tradicional y ortodoxa, una educación, creo yo, pseudo-científica e incapaz de explicar qué es el dinero porque no ha identificado los variables básicos en una economía. Cambios en paradigmas no ocurren de una década a otra. ¿Por qué 100-150 años? Es una aproximación, nada más. Hay que tomar en cuenta que los cambios de paradigmas en las ciencias naturales tardan varios años, por lo menos “hasta que la generación actual de profesores se mueran.” (Max Planck, 1949)
[14] Un contexto es Paul Krugman, Peddling Prosperity: Economic Sense and Nonsense in an Age of Diminishing Returns, New York, Norton, 1994.
[15] Véase Deborah Shaply, Promise and Power: The Life and Times of Robert McNamara, Boston, Little, Brown and Co. 1993, citado en Economics for Everyone, 116-117.
[16] Frederick Lawrence, “Political Theology and the ‘Longer Cycle of Decline’”, Lonergan Workshop, Vol. 1, ed. F. Lawrence, Scholars Pres, 1978, 240. Traducción libre, el texto original dice: “Isn’t it a shock to discover that the trajectory of political thought stretching from one way from Machiavelli through Hobbes, Locke, Smith, and in a second wave from Rousseau through Kant, Hegel, and Marx rooted in the Machiavellian option to, in Lonergan’s formulation, ‘develop “realist” views in which theory is adjusted to practice and practice means whatever happens to be done.’”
[17] José Ortega y Gasset, en la década de 1930, notó una inversión, una “cabeza para abajo,” y proclamó que la universidad debe intervenir y ponerse como un ‘poder espiritual’: “No poco del vuelco grotesco que hoy padecen las cosas –Europa camina desde hace tiempo con la cabeza para abajo y los pies pirueteando en lo alto- se debe a ese imperio indiviso de la Prensa, único ‘poder espiritual’. Es, pues, cuestión de vida o muerte para Europa rectificar tan ridícula situación. Para ello tiene la Universidad que intervenir en la actualidad como tal Universidad, tratando los grandes temas del día desde su punto de vista propio -cultural, profesional o científico… La universidad… ha de imponerse como un ‘poder espiritual’ superior frente a la prensa, representando la serenidad frente al frenesí, la seria agudeza frente a la frivolidad y la franca estupidez.” Misión de la Universidad. En: Obras completas, Vol. IV. Madrid, Alianza Editorial Revista de Occidente, 1983, p. 353.
[18] Neil Postman, Amusing Ourselves to Death: Public Discourse in the Age of Show Business, New York, Penguin, 1985.
[19] Véase José Ortega y Gasset, La Rebelión de las Masas, Capítulo 1, “El Hecho de las Aglomeraciones.”
[20] Véanse Bernard Lonergan, For A New Political Economy, University of Toronto, CWL21, 1998. “[I]t will make the practical economist as familiar a professional figure as the doctor, the lawyer, or the engineer.” (37) “Concomitancia” es palabra clave para entender el rol normativo del dinero en una economía sana. Véanse “concomitance” en el índice de FNPE.
[21] Véase Sarah L. Babb, captítulo 7 “Neoliberalism and the Rise of the New Technocrats,” Managing Mexico: Economists from Nationalism to Neoliberalism, Princeton University Press, 2001.
[22] Véase Insight, 286-290.
[23] Véase http://eltoquehumano-humanistas.blogspot.mx/2012/09/maria-de-los-angelitos.html. Se encuentra una expresión del reto principal y transversal, desde kindergarten hasta pos-grado, para formar equipos de maestros, en la “La Nota para Profesores y Estudiantes,” Introducción al Pensamiento Crítico, Madrid, Plaza y Valdés, 2011: “Cuando uno les enseña a los niños geometría, les está enseñando a los niños, niños… la repetición de la palabra niños no es un error. Segundo, la palabra geometría puede reemplazarse por cualquiera que designe otra disciplina, y la palabra niños puede sustituirse por las palabras: adolescentes, adultos, profesores, y así sucesivamente.” (13-14)