Esto nos lleva a la idea de las dos actividades que establece la distinción económica básica que les faltan a los libros de texto económicos y a las actividades económicas pasadas y actuales. La idea primitiva expone el error elemental que apuntala la locura del presente financiero para el cual los disturbios Wall Street están dirigidos. Parece increíble, ¿no? Date cuenta que Robinson debe tener suficientes frambuesas recogidas para darle el tiempo de hacer su nuevo aparato recolector.
Las variables económicas básicas se pueden enseñar, pero está más allá de la generación actual de profesores, asesores financieros, consejeros presidenciales, et al quienes está mal educada. La educación en la nueva economía está en la cuesta hacia la física newtoniana y hacia las ecuaciones de Maxwell, lo que descubrió Lonergan a principios de las cuarenta.[*] Lamentablemente ni los economistas del presente ni los del pasado lo han creído realmente.
¿Por cuánto tiempo continuarán la estupidez y la codicia con la que se relaciona? Por lo menos una generación o dos si crees en lo que Max Planck (1858-1947) dijo sobre las innovaciones científicas. La tarea es que surja una comunidad que pueda generar una nueva cultura (un nuevo etos), una nueva visión del crédito, una medida precisa y moral de las ganancias trimestrales, una des-mercantilización del dinero (que no es una mercancía, sino una promesa), etc. Debemos de mantener la enseñanza y el pensamiento en lo concreto, comenzando en la secundaria: esa es la cultura de la heurística científica que existe en la física a partir de la prepa, pero no existe (no aún) en la economía a ningún nivel.
to get us through the night
It's going to take a lot of love
For things to turn out right.
("Lotta Love," Neil Young)
[*] Véase los primeros tres capítulos en Bernard Lonergan, For A New Political Economy. University of Toronto, CW21, 1998, pp. 6-7. Algunos economistas, después de unas bebidas, tienen la honestidad para reconocer el problema: “Late in the day, after they have had two or three drinks, many economics professors will begin to admit to their own reservations about the theory which forms the core of the economics curriculum. The theory, they will acknowledge, is at odds with much that is known about the behavior of economic institutions. ´But what else is there to teach our students?’ they ask.” Alfred Eichner, A Guide to Post-Keynesian Economics, New York, M. Sharpe, 1979, vii, quoted in Economics for Everyone, Vancouver, Axial Publishing, 1998, p. 11.